domingo, 7 de febrero de 2010

30 aniversario de la creación del Seminario San Miguel Arcángel

Principal preocupación de Mons. Juan R. Laise: las vocaciones y la creación de un seminario.

Podemos decir que la primera gran preocupación de Mons. Laise, han sido siempre las vocaciones; cuando Mons. Laise llegó en 1971, hacía 17 años que no había ordenaciones sacerdotales en San Luis, con algunos sacerdotes ancianos y enfermos. Había solamente 20 sacerdotes, algunos de otras diócesis, de los cuales 11 estaban incardinados, y un sólo seminarista.
Se inició una intensa campaña de Oración, Vigilias, Horas Santas y Rosarios pidiendo por las vocaciones sacerdotales. Y el Señor escuchó nuestros ruegos.
Las ordenaciones comienzan en el año 1975, y desde entonces, hasta la fecha 2010 ha habido más de 80 ordenaciones sacerdotales.
En un informe se lee:

(1980) Las vocaciones sacerdotales son siempre una de las gracias más fecundas de una diócesis. La diócesis de San Luis fue creada en el año 1934, siempre tuvo pocas vocaciones, necesitó ayuda, incluso atravesó una etapa larga de más de quince años sin tener ninguna ordenación sacerdotal. En el año 1971, había solamente un seminarista puntano. En el año 1975, se ordenaron los primeros sacerdotes después de un largo período. Desde entonces, el Señor ha ido bendiciendo copiosamente la diócesis. En el seminario de Paraná, se han ido formando los filósofos y teólogos de la diócesis de San Luis, y en la actualidad hay 20 seminaristas en el Mayor y 14 en el Menor (…).
(1984) urgidos por la necesidad, en el año 1980 se abrió el Seminario Mayor “San Miguel Arcángel” (el 11 de febrero), con 10 alumnos de filosofía. Actualmente hay doce seminaristas de primer año de filosofía, ocho de segundo y cuatro teólogos.
Con la preciosa colaboración de amigos y de entidades del medio se va haciendo frente a las necesidades materiales y con la ayuda de los católicos alemanes y de toda la diócesis, se ha ido levantando la estructura material del nuevo seminario con instalaciones amplias y cómodas para albergar a los alumnos actuales, pero que tendrán que ser ampliadas para el próximo año.
La vida del seminario se centra en la piedad y en el estudio. Ascesis y disciplina, Eucaristía y amor a la Virgen, fidelidad al Magisterio y devoción al Papa son las líneas programáticas de la formación de los futuros pastores del pueblo de Dios.
Se trabaja por formar hombres de fe, con esa fe creída en sus fuentes, sacerdotes que viven de la tradición y la Sagrada Escritura, fieles al magisterio que con gran generosidad, dándolo todo por el Señor, quieren edificar la Iglesia. Grande es la esperanza puesta en estos jóvenes. Hay capillas, iglesias antiguas y recientemente construidas o remodeladas que están esperando esta presencia sacerdotal para llevar el Reino de Dios, el mensaje evangelizador a todos los hombres de buena voluntad diseminados en los pueblos y ciudades de esta tierra puntana.


Creación del seminario.

EN EL AUTO PASTORAL DEL 11 DE FEBRERO DE 1980, leemos:
Considerando:
La carta de la Sagrada Congregación para la educación Católica del 10 de octubre de 1979, (Prot. Nº 687/79/4), en contestación al informe correspondiente de la relación quinquenal, por la que urge la creación del SEMINARIO propio, debido a la renovada situación de no pocos seminarios argentinos, cuya capacidad se encuentra colmada; y que se puede inicialmente y con la esperanza en el futuro contar con los Profesores que avalen la formación doctrinal y espiritual de los candidatos al Sacerdocio.
POR LAS PRESENTES LETRAS SE CREA
En la diócesis de San Luis, EL SEMINARIO, bajo la protección de la Virgen, Reina del Cenáculo y del Patriarca San José, erigiendo como Patrono a SAN MIGUEL ARCÁNGEL, con el lema de su nombre “QUIEN COMO DIOS”.

En un artículo de la revista “Dios y yo”, leemos: “urgidos por la necesidad en el año 1980 se abrió el Seminario Mayor: “San Miguel Arcángel”, con 19 alumnos de filosofía. En la actualidad cuenta con 12 seminaristas de primer año de filosofía, 8 de segundo y 4 teólogos.

En “La Nación”, del 14 de febrero de 1980, se lee: “El obispo diocesano de San Luis, Mons. Dr. Juan Rodolfo Laise, creó por un auto pastoral, un seminario diocesano destinado a la ordenación de sacerdotes, con un plan de estudio de siete años, tres de filosofía y cuatro de teología.
El obispo dijo: «Este es el primer seminario que se crea en la historia de la Iglesia de San Luis...; ...esta es la más grande gracia que haya recibido la diócesis de Dios, en estos último años».


Primer edificio para los seminaristas.

El primer edificio que se utilizo, para seminario fue primero adquirido por Mons. Dionisio Tibiletti, primer obispo de San Luis, para la pastoral diocesana. Posteriormente Mons. Emilio Di Pascuo la destinó a pensionado Universitario Femenino. Mons. Carlos María Cafferata lo destinó a las instituciones Diocesanas. Después de estar destinado a la Caja de Jubilaciones, y el actual Obispo de San Luis, Mons. Laise, solicitó la casa a las autoridades provinciales para ser destinada al actual SEMINARIO DIOCESANO.
La finca luego de ser remodelada y ampliada con nuevas y ventiladas habitaciones, tiene capacidad para 25 estudiantes con la posibilidad de realizar nuevos trabajos de ampliación. Además de la Capilla cuenta con un aula para el estudio, biblioteca, sala de lectura y aulas para clase.
El Obispo diocesano Mons. Juan Rodolfo Laise, bendijo con visible satisfacción el edificio remodelado del Seminario “San Miguel Arcángel”, de San Luis, donde se realizaron obras y compartimientos pulcros y modernos, para responder a los requerimientos de estudio, alimentación y estadia de por lo menos 30 seminaristas, cómodamente ubicados en el local, ubicado en la calle Lavalle 1239 de esta ciudad.

Según podemos apreciar, la gracia de Dios produjo frutos abundantes, hacía menos de un año, que se había sido creado el Seminario, y ya se contaba con un edificio, en el que se pudieran formarse los seminaristas de la diócesis. En una homilía (en el día 19 de septiembre de 1997 ) recordaba Mons. Juan R. Laise:
“Un día estábamos en el patio del obispado y todos decían que nombre le pondremos al seminario, entonces yo dije -comenta Mons. Laise-: «Quién como Dios», quien más grande que Dios, en este mundo en que se le da tanta importancia a los derechos de los hombres, quien se preocupa por los derechos de Dios, por eso -prosigue Mons.- quien sino los sacerdotes, tienen esta misión de defender los derechos de Dios y de proteger a la grey que el mismo ha confiado a los pastores”.
De esta manera Mons. Laise nos hacía remontar a los comienzos para comprender la importancia y el valor que tiene para nosotros, el nombre San Miguel Arcángel (MiKa - El: quien como Dios, en hebreo).


Piedra fundamental para casa de retiro, el futuro seminario.

El 28 del agosto de 1978, Mons. Juan Rodolfo Laise, bendecía, la piedra basal de la Casa de Encuentro, acompañaron al Obispo, el gobernador Marcilese y su esposa Leonor Funes Mathus, que apadrinaron el acto de colocación de la piedra fundamental.
Se colocó la piedra fundamental de la Casa de encuentro Diocesano a erigirse en la localidad de El Volcán junto a la Iglesia de la Virgen de la Guardia y se celebró solemnemente las fiestas patronales de ese centro veraniego a través de distintos actos que fueron realzados con las presencia del gobernador.
Desde la 10 de la mañana una numerosa cantidad de fieles esperó al Obispo diocesano en la avenida de acceso a la localidad de El Volcán. A su llegada se le tributó una cariñosa recepción y tras los saludos, se trasladó hasta la Iglesia, donde se celebró la Misa de fiesta, pronunció al mismo tiempo una homilía conectada a la reciente designación del nuevo Papa y al proyecto de construcción de la Casa de Encuentro Diocesano, una obra que por su trascendencia se realizará de inmediato, por lo menos, en su planta baja. Dijo que esta obra tendrá al terminarse cuarenta habitaciones con todas las comodidades y condiciones sanitarias.

El primer mandatario de la provincia y su esposa, arribaron a El Volcán en medio de demostraciones de simpatía de la población, siendo saludado por el intendente. Luego participó de la solemne procesión encabezada por la imagen de la Virgen de la Guardia, la que contó con numerosa adhesión de fieles.
Poco después de las 11 horas el gobernador, el obispo diocesano y la gran cantidad de fieles se dirigieron hasta el lugar donde se levantará el monumental edificio, casi contiguo a la Iglesia de la Virgen de la Guardia.
Allí los padrinos de esta ceremonia el gobernador y su esposa; el ingeniero Victorio Picca, escribano Alberto Acebedo, doctor Arturo Marcelo Petrino, Ezequiel Andiñac, agrimensor Manuel Capiello y sus esposas y la escribana Teresa Ahumada. Todos ellos formaron un pergamino que luego fue introducido en un tubo de protección por el brigadier Marcilese. Luego el arquitecto Alberto Bendzent colocó ese tubo en la abertura de cemento de la piedra fundamental.
La banda de música de la policía de la provincia interpretó el himno Nacional Argentino que fue entonado por la multitud que tras los aplausos prorrumpió en vivas a la patria, al obispo, al gobernador y el ingreso de la Virgen de la Guardia a la Iglesia, luego de la procesión, fue saludado agitando pañuelos blancos.
El gobernador y el obispo participaron luego de un agasajo en el salón de actos de la intendencia municipal, cerrando el programa de las fiestas patronales de El Volcán.

Años más tarde, gracias a la inspiración del Espíritu Santo, surgió la idea de utilizar los cimientos de la Casa de Encuentro, para la construcción del nuevo seminario, así leemos en el diario “La Opinión” (3/04/82): con motivo de presidir la inauguración de las obras del Seminario “San Miguel Arcángel”, arribó ayer a nuestra ciudad el nuncio Apostólico de la Argentina Mons. Ubaldo Calabresi.
El prelado lo hace invitado por el obispado de San Luis, como así puede saberse que en el día de hoy asistió a la celebración de Nuestro Señor de Renca, y presidirá asimismo de los festejos de Nuestro Señor de la Quebrada que concluyen hoy en horas de la tarde.
Ayer a las 18:00 hs. Mons. Calabresi asistió a la inauguración del Seminario construido en El Volcán acto que contó con la asistencia del gobernador brigadier mayor Hugo Nicolás E. di Risio acompañado de su señora esposa, ministros y autoridades civiles y militares, y miembros de distintas instituciones religiosas.
En la ceremonia de El Volcán, el intendente dio la bienvenida al ilustre visitante y a las autoridades que asistieron a la tocante ceremonia del seminario “San Miguel Arcángel”, que es hoy una realidad.

Lineamientos doctrinales sobre los que se fundamentó nuestro seminario
Principios fundamentales:
a. Piedad: Las dos fuerzas que sostendrán la vida espiritual del Seminario eran la Eucaristía en su triple dimensión: sacrificio, comunión y permanencia del Señor en el sagrario, y la filial devoción a la Santísima Virgen, en la imitación de sus virtudes, dando primacía a la vida de la oración y responsabilidad en el cumplimiento de la voluntad de Dios y de la caridad en base a la doctrina y el ejemplo de los maestros reconocidos de la vida espiritual. La formación espiritual tendrá en cuenta la regla-clave de toda praxis cristiana -praxis apostólica y pastoral, praxis de la vida interior y de la social- recomendada como medio esencial por S. S. Juan Pablo II en la Encíclica “Redemptor Hominis”, es decir, el conocimiento adecuado de la vocación y de la responsabilidad por esta gracia singular, única e irrepetible, mediante la cual todo cristiano construye el cuerpo de Cristo. Tendrá como meta la vida de la fe y el renovado descubrimiento de su relación vital con Cristo. La piedad será eminentemente sacerdotal, es decir, irá preformando la imagen de Cristo Sacerdote.
b. Formación doctrinal: tendrá como fundamento el Magisterio ordinario y extraordinario de la Iglesia Católica en íntima unión con las directivas y orientaciones del Santo Padre y Sagradas Congregaciones; la doctrina de Santo Tomás de Aquino, tanto en el campo de las ciencias sagradas como en el de la filosofía, constituirá el núcleo de su enseñanza.
c. Disciplina: estará informada por la “gran disciplina de la Iglesia” que debe conservarse en la vida de los sacerdotes y de los fieles, y orientaciones de los Romanos Pontífices. Esta disciplina irá forjando un estilo de vida recio y viril en el dominio de las inclinaciones, en el hábito de juzgar y comportarse en todas las circunstancias de la vida, según las máximas del Evangelio y los ejemplos de Jesús. Para este fin se dará gran importancia al silencio y al recogimiento.
d. Pastoral: los seminaristas se iniciarán en una forma moderada y conforme a las exigencias de una formación progresiva de la práctica del apostolado.


Los primeros pasos.

Tenemos en nuestro poder el “Libro de Crónicas”, del Seminario Mayor «San Miguel Arcángel». En este libro en las primeras páginas encontramos:

2 de Mayo de 1982 “Domingo del Buen Pastor”.
Se inauguran las nuevas instalaciones del Seminario en El Volcán.
El edificio y la capilla fueron bendecidas en esa fecha por el Señor Nuncio Apostólico en la Argentina S. E. Mons. Ubaldo Calabresi. Asistieron al acto el Señor gobernador de la provincia y demás miembros del gobierno provincial.
Al finalizar el acto se rezó el “Regina Cœli”, en el comedor, donde previamente habló el Señor Nuncio, destacando la afluencia actual de vocaciones sacerdotales y religiosas en la Argentina y en el mundo.
Y con fecha del jueves 1º de julio de 1982, leemos:
Se cumple el traslado del seminario al nuevo edificio de El Volcán desde el primitivo edificio de la calle Lavalle 1239 en la ciudad de San Luis.
A las 21 hs. el Santísimo Sacramento es traído en procesión con cantos por el P. Padilla y los seminaristas desde la Parroquia de El Volcán a la capilla del Seminario

Viernes 2 de julio de 1982:
8:30 hs. En ausencia de Mons. Laise -a la sazón en Europa, buscando donaciones para construir el nuevo pabellón-, el prefecto de disciplina P. José Miguel Padilla celebraba la Santa Misa por vez primera en la nueva capilla. Se rezó la Misa votiva de la Santísima Virgen, en acción de gracias por todos los beneficios materiales y espirituales, con especial mención del Obispo y de los benefactores del Seminario.

Sábado 3 de julio de 1982:
Celebra la Santa Misa el R. P. Miguel Yonson, a las 8 hs., previo rezo comunitario de las laudes, que se rezaron por vez primera en la nueva capilla el día anterior por la mañana.
Durante el día continuamos los trabajos de instalación y de limpieza.
Por la tarde a la 20 hs. Se expuso el Santísimo Sacramento, se rezó el Rosario en comunidad y posteriormente las vísperas solemnes del domingo.

Lunes 5 de julio:
Se dictan las primeras clases en el nuevo edificio, a cargo de los profesores de Teología Natural (3º año). R. P. Miguel Ángel Yonson y de historia de la filosofía antigua R.P. José Ricardo Hayes (para 1º y 2º año).


Algunos informes nos ilustran sobre los comienzos del seminario

INFORME DEL AÑO 1981.
El año 1981 se inicia con el rectorado del vicario general, R. P. José Luis Cepero, contando con un equipo de tres sacerdotes permanentes a cargo de la prefectura de estudios (Pbro. Carlos Federico Guillot), Prefectura de Disciplina (Pbro. José Miguel Padilla) y administración (Pbro. Claudio Casseta). Además del director Espiritual del Seminario P. Estanislao M. Malec.
Ingresaron 11 nuevos seminaristas que se suman a los 10 del año 1980. Entre este nuevo grupo se encuentran seminaristas de las Arquidiócesis de Bahía Blanca y Añatuya a pedido de sus respectivos obispos.
De este modo quedan conformados dos cursos de filosofía a cargo de seis profesores, entre ellos un laico en la Cátedra de latín de reconocida vida cristiana y competencia en su tema.
La formación regular trató de ser completada con el dictado de cursos y seminarios a cargo de personalidades de mayor relevancia. Entre ellos el Titular de la Cátedra de Doctrina Social de la Iglesia, en la Pontificia universidad Santa María de los Buenos Aires, Dr. Carmelo Palumbo, refiriendose al “Orden natural según santo Tomás de Aquino”, complementando a la cátedra de ética dictada. Por esta misma Cátedra fueron invitados el Prefecto de Estudios del Seminario Mayor de Paraná, R. P. Dr. Alfredo Sáenz S. I. Quien dicto un curso sobre “Ética social”, y el profesor Antonio Window de la Universidad Católica de Valparaíso (chile), quien dictó un curso sobre “El orden natural en el pensamiento Pontificio”. Finalmente de la misma universidad Católica de Valparaíso el Pbro. Dr. Miguel Poradowsi dictó un curso sobre: “la actualidad e importancia de la Rerum Novarum”. En el aniversario de la misma. Es de notar que parte de estos cursos fueron reiterados por la noche ante laicos, lo cual fue un gran aporte del Seminario en la formación de los seglares.
En el orden espiritual y disciplinar se trabajó insistentemente en los criterios del último documento de la Sagrada Congregación: “Sobre la Formación espiritual en los seminarios”, especialmente comentada por el Señor Obispo en sus reuniones semanales con los seminaristas y profesores. Como también en las pautas del reglamento del Seminario.
Como tónica general se observa en los seminaristas una seria preocupación tanto en lo que toca al cultivo de la vida de oración (especialmente Eucarística y mariana), como el interés por una sólida y profunda formación a la luz del Magisterio de la Iglesia y de Santo Tomás de Aquino, creándose un clima de trabajo e investigación muy alentador para enfrentar su futuro sacerdocio.

INFORME DEL AÑO 1987
Con la conclusión del período de vacaciones se inició la convivencia anual de los seminaristas mayores, llevada a cabo desde el 16 de enero hasta el 6 de febrero. El lugar elegido para congregar a nuestros futuros sacerdotes en el descanso y la intensificación de las relaciones fraternas fue el mismo seminario.
Durante este período los jóvenes pudieron disfrutar de algunas excursiones y paseos por el interior de la provincia, como así también del deporte, y las actividades al aire libre.
Ya concluyendo esta etapa, comenzaron los preparativos, para realizar las misiones diocesanas, del presente año 1987. Conviene destacar que el período de convivencia, los seminaristas colaboraron como durante todo el año en el mejoramiento y mantenimiento de las instalaciones, y alrededores de nuestro establecimiento.
Las misiones se realizaron desde el 7 al 20 de febrero, entre zonas distintas de la Diócesis: desde la Vicaría Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, se atendieron pastoralmente los nuevos barrios urbanos AMMPYA y Policial, bajo la dirección del párroco zonal: Pbro. José Miguel Padilla; desde la Vicaría de San Antonio, el barrio 208 viviendas bajo la supervisión del Pbro. Valeriano Ríos, administrador Parroquial de la Zona, desde la Parroquia urbana Nuestra Señora de Fátima, la zona rural de san Jerónimo, y la Calera, bajo la dirección del Pbro. Jesús Montre, y la asistencia permanente del Pbro. Atilio Cengarle, Director Espiritual del Seminario Diocesano.
En la primera semana de marzo, exactamente el lunes 2, el Señor Obispo pronunció la Lectio Brevis inaugural del año lectivo; inmediatamente después de concluido el Retiro Espiritual Anual, predicado por el obispo de Villa María (Cba.), Mons. Alfredo Disandro, desde el 23 al 27 de febrero. A la Lectio Brevis, asistieron algunos miembros del cuerpo docente del seminario.
El primer fin de semana del mes en curso también se iniciaron, las tareas apostólicas de la formación progresiva de los candidatos al sacerdocio, bajo la asistencia directa del director espiritual, y de los sacerdotes a quienes les fueron asignados los seminaristas.
De distintas maneras todo el seminario fue preparando la visita apostólica a la Argentina de S.S. Juan Pablo II, en el marco del Quinto Centenario, de la evangelización en América. A diario rezamos en común la oración preparada por la Conferencia episcopal Argentina, para este Magno acontecimiento y otras obras piadosas sugeridas por formadores y formandos. El 7 de abril en la ciudad de Mendoza, pudimos gozar de la presencia del Sumo Pontífice, en su visita a todas las diócesis de Cuyo. La ocasión fue por demás edificante para cada uno de nosotros, para todos los presentes, para Argentina y para el mundo entero, particularmente por le tema de la paz, tratado particularmente por el Obispo de Roma. Sin lugar a dudas, este fue uno de los puntos más álgidos para la vida de nuestra diócesis, para nuestro Seminario, y para nuestros queridos seminaristas.
Además pudimos seguir el itinerario papal en algunos eventos, como la Jornada Mundial de la juventud, el Domingos de Ramos, en Buenos Aires.
Durante la Liturgia de la Semana Santa, los seminaristas asistieron al Señor Obispo en las celebraciones. Así se prepararon las ceremonias de la Misa Crismal, la Misa de la Cena del Señor, la Liturgia del viernes Santo, la Vigilia Pascual y la Solemne Misa de Resurrección.
Los días 1, 2 y 3 de mayo, se llevaron a cabo las fiestas del Santo Cristo de la Quebrada y del Santo Cristo de Renca, a las cuales asistieron como colaboradores un numeroso grupo de seminaristas, particularmente a la primera. Por otra parte, al celebrarse el día 25 del mismo mes la fiesta patria, el seminario diocesano acompaño al Vicario General, que presidió el solemne Te Deum en la Iglesia Catedral.
En el mes de junio vivimos intensamente la devoción al Sagrado corazón de Jesús; en las vísperas de cada jornada se expuso solemnemente el Santísimo Sacramento para la adoración de la comunidad.
Desde el 17 al 28 de julio tuvo lugar el período de vacaciones invernales. Y desde el día 29 hasta la mañana del 1º de agosto, el Obispo de Río Cuarto (Cba.), Mons. Adolfo Arana, como desde hace tres años, predicó el Retiro espiritual para todos los seminaristas que inician la segunda etapa del año lectivo.
Ya en el mes de junio, en la solemnidad de Pentecostés, nuestra pequeña Iglesia local, se vio enriquecida por tres nuevos sacerdotes, formados en nuestro seminario: los Pbros. Osvaldo Ignacio Daminato, Gustavo Mariuchi y Gustavo Méndez Medici. Pero también en este mes, casi en el corazón del año mariano, inaugurando en aquella oportunidad por el Papa Juan Pablo II, la diócesis de San Luis volvió a experimentar una gracia muy especial al ser ordenados dos nuevos sacerdotes: Pbro. Teófilo Nicolás Flores y David Bruno Picca, el 15 de agosto, en la solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María. En la misma oportunidad, la Iglesia local recibió a los primeros sacerdotes formados en San Luis, que obtuvieron la Licenciatura en Sagrada Teología en el Centro Romano de la Santa Cruz, dependiente de la Universidad de Navarra. Efectivamente los presbíteros Eduardo Juárez y Carlos Terceiro, regresaron a San Luis, en esos días y pronto iniciaron el apostolado docente en nuestro seminario.
Poco tiempo después, hacia mediados de septiembre, otros dos sacerdotes partían al mismo Centro Romano, para obtener el mismo título de licenciatura en Sagrada Teología y en Derecho Canónico, con miras a seguir aumentando y consolidando el plantel de profesores. Los presbíteros enviados son Carlos Cangiano y Alejandro Laudadío, respectivamente y que recibieron el Orden Sagrado en 17 de mayo de 1986.
La semana del seminario, que solemos celebrar antes de la fiesta de San Miguel Arcángel, y a la cual nos referimos más adelante, fue llevada a cabo en el mes de Mayo próximo pasado. Las fiestas de nuestro patrono, el Príncipe de la Milicia Celestial, fue precedida por la novena y presidida por nuestro Obispo.
El 3 de octubre, en la solemnidad de Nuestra Señora del Rosario del Trono, Patrona de la ciudad de San Luis, fue ordenado sacerdote el diácono José Luis Arce, sexto y último de los frutos -en el transcurso de este año- de nuestro pequeño sacerdote. Con esta inmensa alegría comenzamos a vivir con más intensidad el mes dedicado al Santo Rosario, y a las misiones en la Iglesia universal.
En noviembre celebramos el mes de María y concluimos el día el día 27, el ciclo académico 1987.
La primera semana de diciembre fue destinada a la preparación de los exámenes anuales y semestrales. Los mismos tuvieron lugar desde el 7 al 15 de diciembre. En la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Seminario entero asistió al Señor Obispo en al tradicional procesión por la calles de la ciudad capital.


7 de febrero de 2010
Han pasado 30 años de la creación de nuestro seminario, este año comenzamos las actividades el 17 de enero, el 18 partimos hacia Arizona y Anchorena para realizar la Santa Misión anual, cuyos frutos han sido abundantes y fecundos; hoy hemos llegado a Cortaderas para realizar la convivencia, momento de esparcimiento y sana recreación.
En la actualidad el seminario cuenta con un diácono y 33 seminaristas, 4 de los cuales son de la diócesis de Santa Rosa (La Pampa), 24 son estudiantes de teología y el resto estudiantes de filosofía, con 10 posibles ingresantes al curso de Introductorio.
El actual rector es el Pbro. Lic. Miguel B. García, Prefecto de estudio el Pbro. Lic. Luis H. Paredes, Encargado de Introductorio el Pbro. Jorge F. Orellano y Encargado de la disciplina y ecónomo el Pbro. Federico F. Kunz.
Desde la creación del seminario con Mons. Juan R. Laise, hasta la fecha con Mons. Jorge L. Lona, el Señor no ha dejado de suscitar santas y numerosas vocaciones, vocaciones que son una bendición para la diócesis y para la Iglesia. Roguemos al Señor continúe enviando santas y numerosas vocaciones.

Coherencia de vida

 
 

Aníbal Cuevas

La felicidad de andar por casa

Todas las personas, y especialmente los adolescentes, son muy sensible a la coherencia. Se rebelan ante quienes dicen una cosa y hacen la contraria; no soportan la hipocresía. Si somos capaces de ver cuál es el camino de la verdadera felicidad y ponemos el esfuerzo y la voluntad en seguirlo estaremos iniciando el camino para recuperar la autoridad.

        Cuando un hijo ve a su padre luchando por ser mejor persona, ese padre aumenta en prestigio y, por tanto, en autoridad ante su hijo. Por otro lado, esa lucha aumenta la autoestima del padre lo cual le anima a seguir luchando. Serán numerosas las veces en las que fallemos o nos equivoquemos pero también serán ocasiones para pedir perdón, lo cual nos unirá más a nuestros hijos.

        No dejemos que esta sociedad utilitarista nos encierre en el armario. Hoy, más que nunca, hacen falta padres que defiendan a su familia con uñas y dientes. Hace falta defender a nuestras familias en la calle pero, sobre todo, en el hogar.

        Lo fundamental no son los roles sino las personas, por eso cambiar pañales, bañar niños o coser calcetines no es la solución profunda, sí lo es la lucha cotidiana por ser mejor persona y transmitirlo a los hijos. Que sientan que lo más importante de nuestra vida son ellos, y que se lo demostremos. La consecuencia de ser mejores supondrá estar pendientes de los demás, de su felicidad, darse totalmente y como consecuencia hacer todo aquello que haga falta en casa, pero sin cuotas e imposiciones ideológicas o políticas.